Aplicación de la economía del comportamiento a las apuestas deportivas. ¿Eres un apostante racional o irracional?
La hipótesis del mercado eficiente (HME) ha sido una creencia esencial en el mundo de la economía durante muchos años. Para explicarlo de una forma sencilla, la HME implica que los precios de todos los artículos en los mercados financieros son correctos, es decir, no tienen un precio demasiado bajo ni demasiado alto.
En el caso de las apuestas, la HME implicaría que las cuotas representan la verdadera probabilidad de un resultado (ajustado al margen de la casa de apuestas). Si la HME fuese cierta, nadie podría conseguir beneficios a largo plazo con las apuestas ni con el comercio; o más bien los beneficios a largo plazo son resultado de la suerte y no del talento.
Pero se ha demostrado que esta hipótesis es incorrecta en muchos casos. Por ejemplo, a lo largo de la contienda por ganar la Premier League este año, sostuve muchas veces que el precio para el Leicester era simplemente incorrecto.
¿Qué representan las cuotas?
Se debe considerar que, incluso si una casa de apuestas conociese la verdadera probabilidad de un resultado, sería muy improbable que estableciera un precio completamente diferente al del mercado ya que se arriesgaría a estar en la posición de ofrecer arbitraje en el mercado o de no ser competitiva.
El sentido común supone que si hay más comerciantes en un mercado, los precios deberían ser más similares a la estimación real. Por otro lado, más comerciantes podría significar más agentes de interferencia.
En el mundo de las apuestas, el verdadero valor de un resultado depende del propio resultado. Así que, si preguntásemos “¿Son ciertas las cuotas según las cuales los dos equipos o jugadores tienen la misma posibilidad de ganar?”, un análisis sencillo consistiría en tomar todas las cuotas pasadas con la misma posibilidad y comprobar si se cumplieron la mitad de las veces. En el mundo de las finanzas, asignar el verdadero valor de un activo es un poco más difícil y esa es la razón por la que las investigaciones académicas utilizan los mercados de apuestas como un microcosmos de los mercados financieros.
Cómo establecer los precios de los resultados de las apuestasEstablecer los precios consiste principalmente en anticipar lo que otros considerarán como el precio correcto. Una manera brillante de analizarlo es un concurso en el que los participantes tratan de adivinar cuál será el número que represente los dos tercios de la media de todos los números escogidos.
Si todos los números tuviesen que estar entre 0 y 100 al azar, entonces la media sería 50, y dos tercios de esa media sería 33 (tal como razonaría un pensador de nivel uno). Pero, si todo el mundo hace esto, el número correcto sería dos tercios de esa cifra, por lo que el resultado sería 22, como habría supuesto un pensador de nivel dos.
Cómo evaluar los precios justosAunque rebatir la HME ha sido un elemento clave para los economistas conductuales, también han ofrecido posibles causas. En concreto, considero que la sección de este libro acerca de la contabilidad mental es muy estimulante. La contabilidad mental hace referencia a las características del comportamiento que pueden limitar el mejor uso del dinero.
Dos ejemplos son nuestro amor por las gangas junto con nuestro rechazo a las estafas y los costes hundidos. El primero se basa en el hecho de comprar productos porque tienen un buen precio, no porque sean necesarios, lo que explica por qué tantas tiendas parecen estar siempre de rebajas.
También consideramos las estafas de una manera diferente. La persona sentada junto a mí en mi último vuelo con una aerolínea de bajo coste estaba muy dispuesta a comprar tres botellas de vino de un vaso de capacidad a un precio de seis euros cada una durante un vuelo de 3,5 horas, incluso tras quejarse de que el alcohol en los pubs ingleses es demasiado caro.
Pues bien, no es tan caro como el precio de compra del vuelo. Además, podría haber esperado un poco y comprar una botella de muy buen vino por 12 euros al aterrizar. Sin embargo, pagar seis euros durante el vuelo no le pareció una estafa. Del mismo modo, puede que nos hayamos sentido tentados a realizar una apuesta porque nos hace sentir bien y no porque sea una apuesta de valor.
La otra característica de la contabilidad mental es el coste hundido. Por ejemplo, los socios que pagan una cuota en el gimnasio suelen acudir al mismo más a menudo solo porque han pagado por hacerlo, aunque la asistencia decae con el tiempo, lo que implica que finalmente desaparece el daño por no utilizar el dinero ya gastado.
Aplicación de la economía del comportamiento a las apuestasDesde el punto de vista de las apuestas, hay que tener cuidado a la hora de considerar los costes hundidos. Supongamos que en noviembre apostamos a que el Manchester United gana la Premier League. Esto no debería limitarnos si en febrero decidimos apostar a que gana otro equipo basándonos en la nueva información. Algunos de mis amigos no son capaces de entender cómo pude apostar a que el mismo equipo era primero y último de grupo en el mismo torneo, pero habiendo realizado las apuestas en diferentes momentos. El peligro reside en apostar mucho más para recuperar el dinero.
En conclusión, “Misbehaving: The Making of Behavioural Science” ofrece una historia acerca de cómo la teoría económica ha llegado a una situación en la que finalmente considera que no todos los participantes en el mercado son perfectamente racionales (“econs”, como los llama Thaler). Al igual que su anterior libro, “Un pequeño empujón (Nudge)”, este es de lectura obligada para todos los interesados en la sabiduría, o falta de la misma, de la multitud.